Vivir el momento presente, con lo cual se reducen muchas de nuestras emociones negativas, ya que la culpa se relaciona al pasado y la angustia o preocupación al futuro.
Distanciarnos de los problemas para verlos con mayor objetividad y poder encontrar una mejor solución.
Ver el lado positivo de las personas y las situaciones, disminuyendo nuestra tendencia a la crítica, que es una conducta que sólo nos desgasta y nos limita.
Fortalecer nuestra autoestima, porque sentimos que tenemos el control de la situación y de nosotros mismos cuando:
Decidimos buscar situaciones, personas y actividades que nos hacen reír y
adquirimos mayor claridad para solucionar nuestros problemas.
Como no podemos reír y estar preocupados, angustiados o enojados al mismo tiempo y somos nosotros decidimos reír, nos ayuda a sentir que tenemos el control de nuestras emociones.
Además, al permitirnos tomar distancia y ver el problema desde "afuera", nos damos cuenta de que el problema sí nos afecta, pero no estamos contenidos por él, es decir, el problema es sólo una parte de nuestra vida, nosotros somos mucho más que lo que el problema implica.
Aumentar o mejorar nuestras relaciones, ya que es un excelente medio de comunicación que:
Rompe las barreras,
ayuda a solucionar situaciones incomodas,
facilita la comunicación y
nos conecta con otras personas.
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